3/12/2009
Citas digitales: arte después del artista
Por Sabine Hochriser, Michael Kargl y Franz Thalmair
El arte trata de la ‘producción de singularidades’ e Internet es un enorme almacén de material artístico: texto, sonido y animaciones. Así que, ¿qué hay más evidente que utilizar estos fundamentos para producir singularidades otra vez? Los tiempos en los que el artista se entendía como creador y genio, como alguien que creaba algo nuevo y original, se han terminado.
La sobreproducción incontrolada y la diferenciación entre distintos modos de vida son características de nuestra era. Las estrategias generales para vivir, aprender y crear arte y cultura pueden ser descritas en términos de mestizaje, copiar, pegar, collage, montaje y citas. La apropiación es uno de los estándares de producción artística contemporánea.
La apropiación y merma del significado, la fragmentación y yuxtaposición dialéctica de fragmentos y la separación sistemática de significante y significado. En el sentido que le da Walter Benjamin a la definición de lo alegórico, se puede decir que la mente alegórica selecciona entre el enorme y desordenado material que el conocimiento de una persona tiene que ofrecer. Trata de encajar una pieza con la otra para descubrir si las piezas pueden ser combinadas. El resultado nunca es predecible ya que no hay mediación orgánica entre los dos.
La cuestión en el contexto contemporáneo es si, actualmente, la exhibición de arte y el trabajo del comisario pueden ser entendidos de una manera similar a la producción de arte y al trabajo del artista. Hay una gran cantidad de obras en Internet que se pueden encontrar en listados y bases de datos, que se anuncian en listas de correo y en otras herramientas de comunicación, que se exhiben y presentan en distintas plataformas y rooms. Estos espacios de arte son frecuentemente infraestructuras comerciales dedicadas a la interacción entre usuarios, como por ejemplo blogs, wikis, plataformas de intercambio de archivos o entornos de realidad virtual. El proyecto TAGallery de Cont3xt.net está basado en la plataforma del.ic.ious y centrado en el método del tagging, una tecnología social que le permite al usuario asignar distintos enlaces a uno o más temas (obras) y visualizar esta colección de enlaces en distintos niveles. Palabras clave, agrupadas en clusters intensifican la legibilidad y las posibilidades de interpretación de la obra y de todo el espacio expositivo.
Lo novedoso de TAGallery no está en la colección ni en el ránking de enlaces a las obras y su estructura interrelacionada que resulta del propio sistema de enlaces. La innovación crucial es la apropiación del uso de algo, un sistema, que no ha sido específicamente diseñado para el comisariado; del.ic.ious no es más que una plataforma de tagging social, una sencilla herramienta Web 2.0, con funciones limitadas para administrar sitios en Internet usando enlaces. La colección de enlaces, los conjuntos ordenados temáticamente acompañados de material contextual y el trabajo de publicidad que realiza, forman parte del trabajo tradicional de un comisario institucional, por lo que la plataforma TAGallery simplemente está transfiriendo las metáforas y los métodos de trabajo de los espacios de exhibición no comerciales a un prolijo espacio de datos electrónicos. Esto ha sido hecho en la última década por muchos otros recursos para Nuevos Medios y arte basado en Internet en varios niveles y configuraciones: Rhizome Art Base, los comisariados de Turbulence, el proyecto en red y almacén de arte software Rume.org o el Low-Fi Net ARt Locator, así como en un nivel más institucional Artport Whitney, el espacio electrónico de SFMOMA o Gallery 9 del Walker Art Center de Minneápolis, por nombrar algunos ejemplos.
En el caso de TAGallery, estas listas de enlaces personales aunque frecuentemente públicas, están interconectadas en una red de usuarios que proporcionan palabras clave y resúmenes de los enlaces, generando una jerarquía de información más o menos horizontal. Por lo general, los blogs, wikis y lo que se llama Web 2.0 son quizá el resultado de una maraña de artistas en red que empezaron a trabajar en el medio online y a darle forma según sus propias necesidades. Eva Grubinge, por ejemplo, entre 1993 y 1995 se cuestionó las estructuras de exposición al crear Web Project C@C Computer-Aided Curating, una aplicación que permitía al usuario crear, ver, discutir y comprar arte contemporáneo.
El comisario, figura seminal y autoridad poderosa en el mercado del arte en los 80, sirve de enlace obligatorio en la discusión sobre producción artística y calidad, por última vez. La autoridad del comisario se basa en su poder de selección y presentación, las cuales están conectadas a la transcendencia del lugar de la institución. Quién selecciona a quién, para qué, por cuánto tiempo, dónde, se convierten en un sellos de significación que sólo se toman en serio como ocasión para especular sobre la práctica artística. Cuestiones sobre las conexiones entre las razones para ser seleccionado o no ser seleccionado, abren un marco en el que la expertía, metafísica y subjetividad se dan fácilmente la mano.
A mediados de los años 90, el arte creado para y sobre Internet era más sobre la predicción de una utopía: frecuentemente trataba de la democratización final de la práctica artística como ya lo habían pensado los dadaístas a principios del siglo XX y se había insistido en ello en los años 60 desde las ideas del arte conceptual. Aunque estas ideas se enfocaban en la misma dirección en cuanto a la exhibición de arte, especialmente en entornos virtuales, el comisariado todavía parece ser una actividad poco democrática. El rol del comisario no está exclusivamente ligado a instituciones del tipo museo o galería. El término ‘comisariar’ se refiere más a una actividad que a una profesión; hoy en día, cualquiera puede ser un comisario si saca provecho de las desnudas infraestructuras Web 2.0 ó incluso inventando y construyendo su propio espacio de exposición. Pero todavía el núcleo del comisariado se basa en mecanismos de filtración que trabajan «invisibles en el backend pero siempre presentes. Filtrar es una llave para el éxito: puede hacer que el recurso se haga deseable por formar parte de él y, por tanto, sea aceptado por los usuarios. El filtro se lleva a cabo de manera estricta por poca gente con un juicio consistente de gusto y decisiones. La manera de organizarlo, decide el destino del proyecto; filtrar suele ser absolutista para mantener la calidad del recurso y también democrático, para permitir la variedad de obras y enfoques».
Las condiciones alteradas para la producción del arte y su recepción en Internet no sólo han cambiado al arte mismo sino también la práctica del comisario y, por tanto, sus tareas, que ahora también necesitan formas de representación procesuales. En contraste con los espacios de las galerías tradicionales, la TAGallery no sólo utiliza showrooms cronológicos, títulos con densidad semántica y enfoques variados para contextualizar las obras, hace además público el trabajo de selección y compilación de la obra. El progreso del proceso de comisariado es accesible vía newsfeed, el cual tiene designado su espacio específico para ello. En general, la TAGallery se concibe a sí misma y a sus posibilidades como un laboratorio o taller para visualizar procesos artísticos -iniciados por el comisario- que tienen lugar en forma de interacciones entre la obra y el receptor. Por esa razón, la galería online se refiere simultáneamente a las condiciones alteradas en la producción del arte y su recepción y al rol de la institución artística en este proceso.
El método más básico para generar una red modular de asociaciones personales de acceso libre en la www es crear un enlace y fraguar una relación entre dos o más contenidos. Mientras, el producir nuevos campos contextuales a través de referencias recíprocas en páginas de inicio, blogs, bases de datos y obras, ha crecido hasta convertirse en una de las prácticas artísticas más comunes en Internet. De hecho, un enlace no es sólo un elemento que provee estructura a la hipertextualidad de Internet y que simultáneamente sirve como sistema multidimensional de referencia; un enlace también funciona como herramienta para remezclar contenido e ideas existentes, como una forma simplificada de copiar y pegar -particularmente en el contexto de Nuevos Medios o NetArt -como una entidad generadora de significado. El trabajo del comisario en Internet está basado en el enlace como punto de referencia principal con las obras, teorías y contextos y juega un papel crucial en la comprensión del trabajo cultural en Internet al citar digitalmente al artista o, como se menciona en el título de este texto, produciendo arte después del artista.
Sabine Hochrieser, Michael Kargl y Franz Thalmair son comisarios y críticos de arte, componentes del colectivo vienés Cont3xt.net. dedicado al net.art y la exploración de nuevos territorios creativos entre lo real y lo virtual y a nuevas formas de comisariado.